CARTA A UN AMIGO

Oviedo, jueves, 17 de abril de 1997

¿Que tal viejo amigo?, ¿que tal tu salud y la de todos los que están contigo?

Yo, aprovecho esta ocasión, para darle rienda sueltas a mi inspiración, y contarte algunas cosas, unas un poco dolorosas, pero al final así es la vida, que viaja abriendo y cerrando heridas, que ella misma te va dejando; por el momento de ellas me voy recuperando, y pronto no representarán nada, porque tengo la esperanza de verlas pronto curadas.

¿Entonces?, ¿Que más te digo?, bueno, si, una última cosa mi viejo amigo, sabes que hay tantos días más que personas en el mundo, y no solo por los días en si, sino por las cosas que en fin, acontece en cada segundo, algunas veces te dan un no rotundo, en ocasiones se muestran conmovidas, y otras veces arrepentidas, por las sorpresas que te dan, luego se acercan a donde uno y ¡pan, pan, pan!, nos dan tres palmaditas en la nalga, como ese jugador de fútbol que comete una falta intencional, te lastima  pero al final, se olvida de todo y se larga.

Por eso, resulta interesante, que al llegar a su recodo, se busque el perfecto modo, de como seguir adelante. Como sabes, ella siempre ha sido igual, por lo tanto es normal que de esta forma se comporte, lo que pasa es que nuestro porte, debemos tratar de llevarlo recto, aunque con algunas curvas porque, ya sabes, aquí nadie es perfecto. Por lo menos saberla llevar, y tratar de controlar, sus impulsos y atracciones, y poder arrastrar sus emociones hasta el ambiente familiar. Alguien dice: que Dios siempre te bendice cuando piensas en buenos matices, o cuando lo haces en positivo, es tal vez por ese motivo, viejo amigo, que nada más te cuento, quizá, en otro momento, te diga algo más de este dilatado asunto, que por mucho que lo intento, no lo veo terminado.

De mi mujer te diré, que fue lo mejor que en este mundo encontré, de sus padecimientos está mejor, no tiene esas molestias ni se queja de dolor, solo, un poco sobrada de peso, pero no creas que por eso, la belleza se ve disminuida, trabaja mucho pero se cuida, que es lo fundamental, su encanto es natural, como muchas personas quisieran. ¡Ojalá! Que otras la conocieran, e imitaran de mi esposa, la madre abnegada, la amiga considerada, honesta y cariñosa, de lo que me siento muy complacido, por todo lo compartido con ella y con sus hijos.

Es una lástima que del trabajo no pueda decir lo mismo, su conquista se me ha convertido en un abismo, que no le veo el fondo, y cada vez está más hondo, la tapa que lo limita. Sabes bien que la investigación es la favorita de todas mis profesiones, y no le encuentro explicaciones, fórmulas ni recetas, cuando a las instituciones no les pido pesetas, para dedicarme a la ciencia, y no me dan siquiera una pequeña respuesta; así con toda mi paciencia, me siento frente a este ordenador, haciéndome un gran favor, cuando te escribo, porque sin dudas recibo, un alivio a mis penas que contigo comparto.

Dales mis más sinceros recuerdos a todos aquellos que como tú consideres mis amigos, y que te traten a ti como lo haces tu conmigo; como yo no se quienes son los que no quieren saber ni de mi nombre, tu mejor que yo sabes quien todavía nos corresponde, y como los recuerdos a todos por igual, tu sabrás hacerle llegar a cada cual, lo que cada uno se merece.

Para ti siempre con creces, un fuerte abrazo de tu viejo amigo,

Germán

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar