(Soneto)
Cuando en ratos de reflexión repaso
los episodios que aún el tiempo mece,
fertilizada en mi mente aparece:
la inspiración, con su talante raso.
Ciertas crónicas de mi ayer amaso,
y siento que mi pecho se enaltece,
por la conmoción que con fuerza crece
en mi alma, cada día, y a cada paso.
Aguda gubia que en mi mente talla
las curvas especiales de aquel pasado,
hoy braman en mi solitaria valla[1].
La amplia tracería humana[2] detalla
el por qué hasta el mal llanto[3] derramado,
ni tildes, ni el tiempo a tropel lo acalla.
[1] Valla. Habitación donde suelo leer, reflexionar, inspirarme y escribir.
[2] Tracería humana: El autor hace referencia a las actitudes y valores que ornamentan el proceder del ser humano.
[3] Mal llanto: El autor, en su caso muy personal, al llanto derramado o al sufrimiento por alguien o algo que, al fin y al cabo, no merece la pena sufrir o llorar.